Sala Juan Egenau, Santiago de Chile, 2005
Instalación de siete videos, dos en díptico y tres independientes, en los que se mezclan visualidad, citas de películas y textos.
Texto del catálogo, por Sergio Rojas.
«Actuar por omisión» no es tanto una investigación en torno a determinadas posibilidades tecnológicas del video arte, sino más bien la producción de una escena (en la sala de exposición) orientada a provocar el comportamiento hermenéutico del espectador. Se trata de la producción visual de ciertas «situaciones» mediante expresiones ambiguas e imágenes difusas, situaciones que el espectador inevitablemente completa subjetivamente…. «por gusto». las omisiones visuales y literales de la artista son precisamente los lugares que se han reservado para que el espectador actúe, poniendo en obra su propio imaginario y transformando las ficciones del deseo en un inquietante deseo de saber (deseo de leer qué es lo que ocurrió, deseo de ver qué es lo que está ocurriendo). La omisión de la artista corresponde en cada caso a la parte que el espectador adeuda a la obra para «completarla»: El sonido subraya la densidad subjetiva de la obra. Los textos que cruzan las imágenes son las claves que a la vez cifran y develan el objeto, pues parecen instrucciones al interior de una práctica sádico-masoquista, pero también pueden entenderse como las reglas encargadas al propio espectador para actuar su ejercicio de interpretación. Dadas las condiciones formales materiales, podría decirse que «Actuar por omisión» encarga al espectador la resolución de una escena que es siempre la escena de un crimen. un crimen que se descubre al mismo tiempo que se construye.